No podia darse una cosecha tan exigua y hasta mala de aceituna entre nosotros sin que el hecho fuera conocido de la generalidad de las gentes y sin que asaltaran los espíritus las naturales preocupaciones en torno al problema de abastecimiento que ello pudiera entranar. Dominaba el ambiente, por lo tanto, un sintin de cábalas en torno a este asunto. Se pensaba en las drásticas restricciones que habría que imponer al consumo en el penoso efecto que ello causaria para el tono general de nuestra vida ordinária y en tantas otras cosas ligadas al hecho.

Cuando ya se anunciaba escasa la cosecha se ha encontrado que esta era superior a los cálculos pesimistas, cifrándose en unos 270 millones de kilos frente a un consumo normal de 390 millones. Pero, sobre todo, la calidad ha sido tan deficiente, que no pasa de 30 millones de kilos el aceite refinado, de menos de un grado de acidez. Pasando de 150 millones de kilos los de acidez superior a los três grados, que habrá que refinar para hacerlo comestible. Quiere decirse que las perspectivas del abastecimiento nacional de aceite eran verdaderamente sombrias, y que por lo mismo el comunicado de la Comisaría de Abastecimientos y Transportes ha acusado un inmejorable efecto, del que nosotros nos hacemos intérpretes.

Se suspendieron las exportaciones de aceite para resolver el problema que se avecinaba y, al mismo tiempo, se empezaron operaciones masivas de importación de otros aceites vegetales, con cargo a la ayuda americana principalmente. Hay va 40 millones de kilos importados, y se importarán a primeros de marzo 80 millones más, quedando salvado el déficit de la cosecha. Se dan asimismo toda classe de seguridades sobre la calidad de las mezclas en relación con el tipo de aceite del grato tradicional espanol al respecto.

Estamos, pues, ante una brillante gestión de gobierno en matéria tan importante para loa espanoles. Está asegurado, eu cantidad y calidad, el abastecimiento de aceite hasta la próxima cosecha. El asunto merecia esta diligencia, esta previsión y esta eficácia, de las que con razón podemos felicitamos.

ANEXO XIX

Batalha ganada

labradores llamam a esto ser «veceros» - y como si trás una cosecha superabundante, esfuerzo fabuloso de fecundidad, tuvieran necesidad de revelar su cansando biológico, hay anos en los que regatean sus frutos oleosos. Si, además, como ha ocurrido este año, la «mosca« y el «arañuelo» se encargan de dañar la parva cosecha, la recolección de aceite se reduce en grandes proporciones y, además, para que sea verdad aquello de que nunca los males vienen solos, su calidad desmerece extraordinariamente. Este año puede decirse que apenas se producirán aceites finos es decir aquellos que tienen menos de un grado de acidez, pues la imnensa mayoría lo serán de uno a três grados. Es necesario, por consiguiente, para adaptarlos al gusto y a la dieta de los espanoles, o refinarias, cosa muy cara, o mezclarlos con aceites de acidez nula, como son los de semillas. Y el Gobierno ha dispuesto la importación de grandes cantidades de estos aceites, lo mismo que ha importado la carne, o el trigo, o las alubias, cuando ha sido preciso, para lo cual tiene ahora recursos más holgados que nunca.

Pues bien; los que no escarmentaron en cabeza ajena parece que han intentado montar ahora un artilugio de escasez y de carencia para forzar en su día el alza de precios, con la amenaza del desabastecimiento en el consumo. La primera fase de la operación ha sido el acaparamiento de todo el aceite que se ha ido produciendo y la ocultación del mismo. Para que el lector sepa a que extremos ha llegado la insensatez, habrá que decir que de algunas regiones vecinas a la gran almazara espanola que es Jaén llegaban procesiones de camiones para llevarse, no solo el aceite, sino la aceituna, que pagaban hasta 3,50 pesetas el kilo, cuando el precio comento oscila entre las 2,70 y las 2,80. A qué precio tiene que resultar el aceite fabricado con esta aceituna, que lleva, además, sobre su coste el que produce los transportes a larga distancia? Desde luego, no podría ser al precio normal a que está ordenado se entregue al consumidor.

Repetimos, porque estamos seguros de ello, conociendo la perseverancia con que está procediendo el Gobierno en su política de precios y abastecimientos, que el intento fracasará. Y es posible que la justa sanción que reciban, los acaparadores y especuladores que han adquirido la mercancia a precios disparatados y fabulosos sea quedarse con ella, porque ni siquiera merecen ser víctimas de una expropriación a precio normal, los rumores que falazmente e insidiosamente se han hecho circular por el campo andaluz de que el Gobierno no podría traer aceites de semillas en cantidades suficientes para el normal abastecimiento, han de quedar desvirtuados por la realidad en un plazo tan breve que ni siquiera nos arriesgamos a prolongarlo a los treinta dias, al cabo de los cuales habrá el aceite suficiente para quilos comerciantes y almacenistas honrados, que los hay, y son ahora las primeras víctimas de esta sucia maniobra, puedan atender a su negocio, y asistiremos a la derrota de los que, pasándose de listos, han arriesgado estupidamente su dinero, que perderán. Nadie lo dude, y poco hemos de vivir para no verlo.

ANEXO XX

El problema del aceite

Nuestra ciudad ha sabido calar hondo en el actualmente comentado problema del aceite. Y buen eco do este pálpito de nuestra ciudad lo han constituído los dos artículos radiados, los dias 7 y 8 del corriente, a través de los microfones de la «Última hora de la actualidad» de Radio Nacional de España.

Las dos citadas informaciones han testimoniado al público la realidad de que la actual cosecha oleicola